El fenómeno de las aplicaciones de citas
La explosión de usuarios en aplicaciones de citas y relaciones rápidamente las puso en el centro de atención. Pero muchos de los que no los utilizan se sienten abrumados por las diversas preguntas inherentes a su uso: ¿funciona? ¿Vale la pena?
Las aplicaciones de relaciones son una forma muy moderna y sencilla de conectar con otras personas, logrando encontrar nuevas amistades y relaciones.

Si quieres saber más sobre estas aplicaciones, ¡hemos preparado algunos consejos e información importantes para que puedas aprovecharlas al máximo!
¿Funcionan las aplicaciones de citas?
¡Depende! Evidentemente, no será una aplicación sencilla que haga milagros. Si el lector no es un hombre mínimamente interesante, probablemente no tendrá mucha suerte. Intenta tener un buen enfoque y sobre todo cuida bien tu foto y biografía. Y sobre todo, no vayas con grandes expectativas.
¿Valen la pena las aplicaciones de relaciones?
Seamos honestos, como todo en la vida, las cosas tienen su momento. Si cuando salieron estas apps realmente valieron la pena, hoy en día van más mujeres solo para mostrarse que para tener una relación con alguien. Los estudios demuestran que el 99% de los usuarios de estas apps, cuando se les pregunta qué buscan, responden que "no buscan nada, sólo buscan".
Todo este comportamiento puritano y astuto provocó una caída inmensamente exponencial de usuarios, eliminando cualquier tipo de interés en la aplicación. Siempre vale la pena, porque siempre podrás cruzarte con una mujer del 1% restante, pero lo cierto es que la época dorada de estas apps ya es una visión del pasado.
La solicitud de mujeres VIP
Si otras aplicaciones de citas no están seguras de su capacidad de funcionamiento – lo cual, como se indica en los párrafos anteriores, en realidad es una incógnita -, la aplicación VIP Women funciona al 100% (sólo para Android). Simplemente entra, busca una mujer que te interese y ¡listo! Descubra más sobre esta aplicación móvil aquí.
Conéctate a Internet y arriésgate. Como dice el refrán: ¡quien no arriesga, no consigue nada!