Guía para principiantes sobre la práctica de BDSM
BDSM (o Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión y Sadomasoquismo) es una práctica sexual, o fetiche, que es un poco diferente de la práctica tradicional del sexo y un poco más extrema que otras fantasías sexuales. Suele tratarse de juguetes y objetos de inmovilización (bondage), mucha dominación (disciplina y dominación) y obediencia (sumisión), dando como resultado el sadomasoquismo.
El sadomasoquismo, al contrario de lo que piensa la gran mayoría, no es BDSM. Es parte del BDSM, pero no es BDSM. El sadomasoquismo lo practican aquellos a quienes les gusta infligir o que les inflijan prácticas BDSM. En otras palabras, BDSM es el nombre de la actividad y los dominados son sadomasoquistas, que disfrutan o obtienen placer de ser dominados.
Una curiosidad importantísima: el BDSM es una práctica consensuada (nunca forzada, ya que sería una violación) y no siempre tiene por qué terminar en la relación sexual en sí. Muchas veces, sus practicantes logran llegar al orgasmo sin siquiera tener contacto sexual con su pareja.
Para comprender mejor este fenómeno, a continuación describiremos los aspectos del BDSM.
Esclavitud y disciplina
Bondage significa restringir la libertad física, ya sea con esposas, cuerdas o cadenas. Disciplina significa restringir el libre albedrío, utilizando reglas y castigos para controlar el comportamiento del sumiso. Cuando se violan estas reglas, existe la costumbre de aplicar castigos a los dominados/sumisos. Los castigos pueden ser físicos, psicológicos o ambos.
Dominación y sumisión

La dominación y la sumisión exploran el aspecto psicológico del BDSM. Se trata de un conjunto de comportamientos, costumbres y rituales que implican el sometimiento de una persona a otra en un contexto puramente sexual; cuando se practica fuera de este espectro, podría considerarse un delito. El contacto físico no es necesario en estas prácticas, pero generalmente lo es y esto también entra dentro del aspecto sadomasoquista.
Sadomasoquismo
El término sadomasoquismo proviene de la combinación de dos prácticas opuestas, el sadomasoquismo y el masoquismo. El sadismo describe el placer sexual derivado de la aplicación de dolor, degradación, humillación y sufrimiento en general a otra persona. Lo practica el dominador. El masoquismo describe el placer sexual derivado de recibir dolor físico o humillación psicológica. Lo practica el sumiso.
Si estás empezando en el BDSM, no empieces con prácticas más duras de inmediato. En primer lugar, busque un socio que sea extremadamente confiable y que tenga una experiencia mínima en la práctica, para evitar lesiones involuntarias. Entre las prácticas para principiantes está controlar el uso del baño, donde el dominante decide cuándo el sumiso puede usar el baño; jugar al conductor, donde el dominante se aprovecha de su sumiso para conducirlo a donde quiera; el dominante infantiliza al sumiso, colocándolo “castigado” en un rincón de una casa o cualquier otro lugar; el dominante excita al sumiso hasta el punto que casi llega al orgasmo y al final se lo impide…
Existen varias prácticas seguras para iniciarse en esta actividad. ¡Cuéntanos tus experiencias a continuación en los comentarios!